lunes, 2 de noviembre de 2009

Un pantalón de la 42 y un vestido de novia

Ya han pasado muchos meses y he bajado unos 20 kg en total, pero sigo con la dieta. Mi vida ha cambiado un poquito, ahora me veo mucho mejor, me encuentro más ligera y sobre todo, el ir a comprar ropa ha dejado de ser un suplicio y he pasado de volver deprimida por no poder comprarme ropa que me gustase de verdad, a volver cada vez con un subidón por las tallas que he ido bajando.

Para llegar a mi ansiada talla 40 aún me queda lo peor, ya que los últimos kilos son los más complicados de bajar, pero esta semana me he comprado por primera vez desde que tenía 20 años, un vaquero de la 42 :D

Otra cosa que me ha hecho ver el gran cambio que los kilos de menos me han supuesto es el miedo que tenía de empezar a mirar vestidos de novia porque pensaba que ninguno me iba a gustar o a quedar bien, y que iba a acabar comprándome uno más por lo bien que me sentase que porque me gustase de verdad el traje. Así que con cierta reticencia, nervios y porque no me quedaba más remedio, empecé la caza del vestido, con la grata sorpresa de que la mayoría me sentaban bien, y al final pude elegir un vestido que no solo me sienta bien, sino que me encanta! :D

Pero lo que más me gusta ahora de todo lo que ha cambiado, es mirarme al espejo y verme, no tener que buscarme entre todo el moflete y la papada que se me estaba poniendo por culpa de esa maldita debilidad que es el comer sin control.